Día 12: Éxodo 20:8-11
Lea Éxodo 20:8-11
Información útil:
En Éxodo 19, los israelitas llegan al monte Sinaí tras su liberación de Egipto, y se prepara el escenario para la celebración del pacto que permitirá a los israelitas experimentar la presencia de Dios entre ellos. Después de que Moisés desciende de la montaña, se oye una voz desde la cima. Con temor, los israelitas escuchan mientras Dios les habla. Aquí, en Éxodo 20, encontramos los Diez Mandamientos dados por Dios. Estas leyes o principios formarán la base de cómo se vivirá la vida en esta relación de pacto con Dios.
Los versículos 8-11 se conocen tradicionalmente como el «Cuarto Mandamiento». Se trata de la ley sobre el día de reposo. Este mandamiento tiene su origen en la creación: así como Dios descansó de su obra el séptimo día, también lo harían los israelitas. El objetivo de este mandamiento es ayudar a los israelitas a fortalecerse espiritualmente y acercarse más a Dios. Santificarlo y observarlo para el Señor significaba un día en el que los israelitas podían descansar de su trabajo; eran libres para centrarse en adorar y recordar al Señor. El sábado no estaba destinado a ser una carga, sino a ayudar y proteger la salud espiritual de los israelitas.
El sábado era un día de descanso, no de ociosidad. Amar a Dios no significa solo tomarse un día a la semana para relajarse. Significa usar ese día para centrarse en Él: adorarlo, aprender, servir a los demás y hacer cosas que ayuden a fortalecer el corazón y el espíritu.
Preguntas para reflexionar:
¿De qué maneras puedes apartar un sábado (o un día de descanso) no solo para dejar de trabajar, sino para centrarte intencionadamente en Dios?
¿Cómo cambiaría tu caminar con Dios si trataras el sábado (o un día de descanso) como un regalo para renovarte, en lugar de como una obligación necesaria para complacer a Dios?
Nota: Aunque los cristianos difieren en cómo se aplica exactamente el mandamiento del sábado hoy en día, todos están de acuerdo en que observar un día de descanso es algo sabio. Ofrece renovación espiritual y física a través de la oración, las Escrituras y el descanso del trabajo.