Día 6: Marcos 1:39-45
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Información útil:
En Marcos 1:39-45, Jesús continúa su ministerio por toda Galilea; predica en sinagogas, sana a la gente y expulsa demonios. Entonces, se le acerca un hombre con lepra. Los leprosos eran considerados «impuros» y se les obligaba a vivir fuera de la comunidad, aislados de las relaciones normales, del culto y del contacto humano. Este hombre rompe todas las normas sociales al acercarse a Jesús y pedirle que lo cure. Movido por la compasión, Jesús no solo lo cura, sino que lo toca. En circunstancias normales, Jesús se habría convertido en «impuro» y habría corrido el riesgo de contraer la enfermedad que devora la carne. Sin embargo, en lugar de que Jesús se contamine, el hombre queda limpio.
Aunque Jesús está ocupado y es muy solicitado, se detiene para atender a este hombre. Presta atención a alguien a quien los demás ignoran. Jesús estaba constantemente rodeado de necesidades urgentes, pero nunca dejó que las exigencias de la multitud determinaran su ritmo. Tenía espacio en su vida para las interrupciones y ese espacio creaba lugar para la compasión.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué te llama la atención de la respuesta de Jesús al hombre con lepra? ¿Cómo desafía esto tu forma de responder cuando alguien interrumpe tus planes?
Jesús no dejó que la urgencia de la multitud dictara su agenda. ¿Qué crees que le ayudó a mantenerse centrado y enfocado?
¿Cómo sería crear un margen en tu vida esta semana, un espacio que no esté lleno de actividad o ruido, sino abierto a la guía de Dios y a las necesidades de los demás?